Cuento Sultana de Istanbul
Cuanta razón tienes. Aquí en Palacio he tenido que defenderme con inteligencia y tesón de las presiones y acosos de gente de esta, que ya te daban por perdido, y optaban sin vergüenza a ocupar tu sitio en la guardia.
No se cómo controlas el normal deseo de venganza. Yo los pasaría por mi espada sin dudarlo. Pero siempre hablamos de situaciones como está, y responder con fuerza a la fuerza desencadena mucha más violencia. Y solo se construye desde la paz, y se destruye desde la guerra.
Acudiré dónde dices, al alba, de capa negra.
Y partiremos lejos en busca de la paz que tanto ansiamos.
Tanto como tú abrazo y tus besos. Y tus relatos y risas por las que tanto te amo.
No vengas sólo, te lo ruego. Cuida tu espalda y guarda también toda cautela.