Cuento Sultana de Istanbul
Acepto sin duda el encargo, como si fuera un contrato sin fecha de retorno.
De aquí parto mañana en busca de cumplir lo prometido y triunfar en este reto.
Si regresara herido, incluso si no regresara, debéis saber, mi señora, que me hacéis mejor con vuestros consejos. Y que nunca dejaré de amaros, respetando, de antemano, la decisión soberana que toméis, mi Sultana.
Rendiré por siempre mi espada ante vos. Vamos a vivir esta como si fuera la última vida.