Dejarte fue
el último encargo
que recibí de ti.
Dejarte no fue fácil,
ni rápido.
Despues de mucho llorar, lo dejé.
Pero no dejé de soñar.
Soñar se convirtió en mi refugio.
En mi manera de vivir.
Nada real.
No dejé de quererte.
Ni de soñarte.
Lo dejé de decir.
Una forma de vivir.
Una forma de morir
… de amor
Estoy permanentemente en babia, donde habito.
¿La razón por la que escribo?
“… yo no estoy loco, y ciertamente no sueño. Pero mañana muero, y hoy querría aliviar mi alma.”
Edgar Allan Poe
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