Y, cuando la nieve cubra mis sienes, mi pelo, mi cara, mi cuerpo, mi ser, sepas que, debajo, hay un corazón nuevo latiendo fuerte por tí.
Necesidad no tengo. Es fuego. Sólo presiento la búsqueda de tu abrazo, el sentimiento de ser querido, ese gesto correspondido, ese beso de amor.
Ni ambición, ni lucha. No hay más reino ni más poder ansiado, que estar a tu lado, serte útil y querido. Y, si alguna vez malheridos, sanarnos por amor.
Y sanados, no olvidemos el pasado, el presente una constante sorpresa, Y el futuro, una aventura, la serenidad más pura, juntos los dos, por fin.
Que la música nos traiga la felicidad que buscamos. La cadencia de las olas, la calma y la paz en nuestro jardín preferido, de las manos cogidos, tu corazón y el mío, estrechados.
Estoy permanentemente en babia, donde habito.
¿La razón por la que escribo?
“… yo no estoy loco, y ciertamente no sueño. Pero mañana muero, y hoy querría aliviar mi alma.”
Edgar Allan Poe
Ver todas las entradas de 21siglosofia