La vida cruzó nuestros caminos cuando ya llevamos todo un mundo recorrido, en varias vueltas. Con el corazón arañado y lleno de heridas, curadas y cicatrizadas, pero también sangrando, a pesar de estar vencidas.
Cicatrices que, a veces, ciegan nuestra alegría. Historías antiguas que oscurecen alguna tarde del día a día. Preocupaciones que nos asaltan, encienden las dudas y el temor de hacernos daño, amor de mi vida.
Respirar, respetar los silencios, las ausencias. Esperar, luchar y no dar nada por rendido. Recuperar de inmediato la ilusión común. Empezar un nuevo camino como dos desconocidos, enseguida.
Como dos desconocidos descubrirnos cada día, Y curarnos las heridas, Kintsugi con pan de oro, para hacer nuestra amistad imperfecta aún más bella.
Estoy permanentemente en babia, donde habito.
¿La razón por la que escribo?
“… yo no estoy loco, y ciertamente no sueño. Pero mañana muero, y hoy querría aliviar mi alma.”
Edgar Allan Poe
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