Fue

Fue un seis de mayo, a solas 
que te soñé entre estas olas.
Que te escribí por necesidad
que mi corazón necesitaba
de tu presencia, y no estabas
aquí .

Fue una mañana radiante,
después de un desayuno
sin diamantes,
pensando en cómo regalarte.
Y vino de pronto lúcida
la verdad.

Te extraño con rabia y con dolor,
me quema el tiempo, y el temor.
Si te olvidaste de mí,
en mitad de esta intensidad,
si te pensaste que fui
algo fugaz.

Mi corazón se me perdió
en medio de tu luz.
La Luna nos bañó
de plata el silencio.
Sólo escucho tu latido
en este momento.

El mío
te lo entregue hace tiempo
a ti.
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