Fue un seis de mayo, a solas que te soñé entre estas olas. Que te escribí por necesidad que mi corazón necesitaba de tu presencia, y no estabas aquí .
Fue una mañana radiante, después de un desayuno sin diamantes, pensando en cómo regalarte. Y vino de pronto lúcida la verdad.
Te extraño con rabia y con dolor, me quema el tiempo, y el temor. Si te olvidaste de mí, en mitad de esta intensidad, si te pensaste que fui algo fugaz.
Mi corazón se me perdió en medio de tu luz. La Luna nos bañó de plata el silencio. Sólo escucho tu latido en este momento.
Estoy permanentemente en babia, donde habito.
¿La razón por la que escribo?
“… yo no estoy loco, y ciertamente no sueño. Pero mañana muero, y hoy querría aliviar mi alma.”
Edgar Allan Poe
Ver todas las entradas de 21siglosofia