Que le rompan los huevos a palos.
Le corten la polla para que mee con dolor el resto de su desgraciada vida.
Le rompan las piernas y las manos, para que no salga de la cueva y no vuelva a agarrar a nadie, nunca.
Que le graven a sangre y fuego en la frente y la cara «violador».
Y dejarle con vida, para que sufra y no olvide jamás el daño que hizo.
P.D. Que Dios, en su infinita misericordia, lo haya acogido en su seno. Porque si me lo encontrará, sacaría de mi este demonio que ahora llevo dentro.