Donde estás felicidad
donde la tranquilidad
Busco y necesito tu compañía
pero, mi vida, estoy perdido.
Donde está la recompensa,
el dinero ata y mata,
siempre corriendo
tras su huella maldita.
Y sonó un disparo en mi cabeza.
Un estallido de gritos y lamentos,
todo se vino a blanco.
Menos tus manos y mis besos.
En el camino de búsqueda
aveces te pierdes sin remedio,
temes no poder encontrar
el de vuelta a casa.
Y mientras la lluvia empapa mis zapatos.
Voy saltando pisando charcos,
corriendo al encuentro,
en el número 32.
Todo resumido en una mirada,
el gesto tierno de mi niño
cogiéndome la mano decidido.
Allí está mi hogar afortunado.
Estoy permanentemente en babia, donde habito.
¿La razón por la que escribo?
“… yo no estoy loco, y ciertamente no sueño. Pero mañana muero, y hoy querría aliviar mi alma.”
Edgar Allan Poe
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