100 kilos de dolor en el costado, apretando hasta lo malo, simplemente no hacen posible vivir.
Ahora el olvido borra todo de mi cabeza; tan solo la tristeza se instala con comodidad.
Únicamente me queda una mueca en la cara, y la mirada perdida buscando un imposible en el horizonte más lejano, intentando en el pasado descubrir lo que perdí y ahora… no me acuerdo de ti.
Azotado por los pulsos dentro de una campana ensordecedora que solo yo se que existe. Las lágrimas no me dejan. El sueño se presenta irreconciliable en mi cama, hasta que, de noche aún, salto a la playa a ver salir el sol cada mañana. Y no lo cambio por nada.
Ya lo dije.
100 kilos de dolor en el costado, simplemente no hacen posible vivir.
Y con todo,
Te Quiero.