Diciembre es siempre el mes que me huele en mi memoria a roscos de vino y a pestiños, a matalauva, miel y canela. Y luego que me llamen mestizo, si quieren, de la herencia de cristianos, árabes y moros.
También me huele la memoria a candela, a frío en la cara y en las manos, a la humedad del amanecer, ese rocio gélido del resencio mañanero, a musgo y tierra mojada y humo, con botas katiuskas, castañas pilongas con higos.
Memoria traicionera que me lleva siempre lejos atrás, junto a mi caterva de hermanos, de pantalón parcheado en las rodillas, jersey de lana gorda, cuello vuelto y mangas llenas de mocos.
Menuda pandemia de felicidad la de entonces con tan poco, y con tanto. !Que nos den candela!
Feliz diciembre pandilla. ❤️
