Biznaga

Sentado en el umbral de mi casa. 
Ya me bañé y me perfumé. 
Me vestí de limpio y negro, sin querer, 
impaciente, esperando tu llamada. 

Se que me dijiste que a las 10, 
y me levanté de madrugada. 
No podía esperar a que pasará 
todo lo que siempre imaginé. 

Redúceme a ser. 
Desmóntame la defensa. 
Arráncame la tristeza. 
Empújame a querer. 

Y es que te llamé para un abrazo 
que de repente eche de menos. 
Acudiste volando a mis sueños. 
Siento que me voy embelesando. 

De los sentimientos no soy dueño, 
pasado este momento de locura,  
vuelvo sin querer a la cordura. 
Este imposible amor fue solo un cuento.  

Redúceme a ser. 
Desmóntame la defensa. 
Arráncame la tristeza. 
Empújame a querer. 

Fue muy deprisa, sin aliento. 
Todo pasó en nada, y nada pasó. 
Dejamos abierto el cariño para siempre. 
Envidia siento de dos jazmines en flor. 

Redúceme a ser. 
Desmóntame la defensa. 
Arráncame la tristeza. 
Empújame a querer. 
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