Y ahora que te tengo tan cerca,
no te vengo a visitar.
La verdad es que no quiero romper
esta historia tan bonita sin final.
Abandonar fue la decisión más cruel,
más radical y necesaria.
Tan solo se extiende ante mi
el vacío inmenso de la soledad.
No hay más amor en la renuncia.
Esa mecha encendida,
que en un minuto eterno,
te señala el momento de la despedida.
El miedo insuperable
a no volver a sentir el vértigo,
el calor en las mejillas,
y la locura de un beso de amor.
Estoy permanentemente en babia, donde habito.
¿La razón por la que escribo?
“… yo no estoy loco, y ciertamente no sueño. Pero mañana muero, y hoy querría aliviar mi alma.”
Edgar Allan Poe
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