Así quedamos sin más,
borrachos de oscuridad,
vestidos para nada,
sin tiempo para huir,
bienvenida la madrugada.
Mil besos pendientes,
y más abrazos que sientes
no haber disparado
en ese momento
que te tenia delante.
Tan ciego que no vi,
tan necio que llore
por no adivinar
el final feliz.
Estaré
donde se pone la luna,
junto a la esquina
del árbol aquel
donde juré
que te quería.
Un granito de arena
se me perdió en la playa.
Y solo a mi me importa,
si no estás allí,
mi reina de sal.
Estoy permanentemente en babia, donde habito.
¿La razón por la que escribo?
“… yo no estoy loco, y ciertamente no sueño. Pero mañana muero, y hoy querría aliviar mi alma.”
Edgar Allan Poe
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