No sé en qué día vivo. No tengo planes para después. No quiero nada más en mi vida. Y te quiero, sin medida, vacío y color melancolía, verde fresco y encarnado. Calor en las mejillas. Y una lágrima encendida a la luz de otoño, la brisa fría entre los árboles, a la orilla del mar, un beso de amor derramé.
Estoy permanentemente en babia, donde habito.
¿La razón por la que escribo?
“… yo no estoy loco, y ciertamente no sueño. Pero mañana muero, y hoy querría aliviar mi alma.”
Edgar Allan Poe
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