Dependiendo

Abrazado a ti cada noche.
Si así comenzamos, ahora aferro con fuerza tu mano tendida.
Pendiente del mínimo gesto, de la necesidad de dar mi alma en cada instante.
De no invadir tu aura brillante, de agrandar el espacio al que viajar soñando volar.
Trampolín donde saltar tan alto que veas las estrellas de cerca, y envíes besos cargados de amor.
Espejo donde mires de cerca, con nitidez, heridas, cicatrices, y la realidad de lo que eres capaz de alcanzar.
Sin adularte. Pero valorando la ingente bondad que posees.
Y nunca agotar el caudal de ilusión y la locura de regalar tu manera de ser a los demás.

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