Enemigos eternos

A mí peor enemigo no le doy nada.

Pero a mí mejor enemigo le daría todo, y no lo quiere.
Cuestión de confianza no alcanzada.

En definitiva somos enemigos eternos, imprescindibles.

Con toda ternura, lo mataría de risa.
Y me dejaría ganar media vez, para asaltar su fortaleza inmediatamente.

En definitiva somos enemigos eternos, imprescindibles.

Con el sonido de mi guitarra acústica le vencería su resistencia numantina.
Un beso en la mejilla le señalaría de por vida.

En definitiva somos enemigos eternos, imprescindibles.

Compañeros necesarios, enemigos eternos,
imprescindibles.

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