Desconocida. La pequeña historia de un descubrimiento

Ya no es luna llena. 
Siempre es de día,
bajo un tul de justicia,
la sombra alargada
del desaliento.

Sólo en mitad del mar.
En la plaza repleta
de gente desconocida.
Todos hablan lenguas
desconocidas.

Distraído, gasto mi silencio
mirando con ojos de gato
pasar, sin cruzarse,
miradas desconocidas.

Y allí estabas tú.
Entre una multitud
... sólo tu.

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