Versos sueltos, vida entera. La despedida perfecta.

Escribo sin parar versos sueltos, para respirar cada día de una vida entera, contando historias, versiones todas de la que llevo dentro de mi.

A pesar de que cada día tenga un color diferente. 

A pesar de que cada día tiene una música distinta que mece y mece, como el mar al barco sin gobierno. 

El aire trae tu olor, imagino con los ojos cerrados, tumbado entre abrazos perdidos del salón al jardín. 

No sé hasta cuando seré capaz de respirar en paz. 

Elegir cuando quieres dejar de estar, y hasta aquí llegará el recuerdo. Tu elección más valiente. 

Sin reproches, sin exigir más, como has decidido. Estuve allí.

Solo acompañando, a la distancia de una mano tendida, aguantando lágrimas, a veces no, deseando lo que tú quieres, sonriendo, serena, bella, perfecta despedida. 

Yo solo estuve allí siempre a tu lado, en silencio.

Ahora me parece todo tan lejos y tan cercano, mientras esperaba en el pasillo que desahogaras tu corazón y pidieras ayuda a quien también nos acompañó. 

Otro seis de julio deseando que vengas a llorar conmigo las lágrimas que entonces escondí, y que aquí dentro me inundan hasta ahogarme, amor.

Esperando llorar sin parar hasta secar esta angustia, porque no he aprendido desde entonces a vivir. 

¿Como hacer? ¿Como hacer? Si te prometí ser feliz

… y fallé. 
Pero lo haré.

Feliz.

Mil Besos, amor. 

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2 comentarios sobre “Versos sueltos, vida entera. La despedida perfecta.

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