Dejaré de escribir, dejare de respirar.
Empezaré a leer a otros, a mirar.
Quiero salir de tu lista de gilipollas,
que solo te llaman para follar.
Quiero desaparecer, hacerme invisible,
dejar de ocupar un sitio en este espacio
reducido e imprevisible,
donde estalla el llanto y la rabia
rompiendo el espejo de magia,
donde te mientes si te miras.
Hacer sitio en tu vida
para que la verdad aparezca
llena de la felicidad que mereces
y que sin más llama a tu puerta
luciendo los colores intensos
de tus sueños, de tu ojos, de tu alegría.
Y esperaré solo a que me llames
cuando eches de menos ese abrazo
esos besos, esa lucha de cuerpos entregados
ese cariño, esa paz de rozar tu piel
con la punta de mis manos,
sin prisas, sin descanso,
detenido el tiempo,
caricia interminable.
Los labios, los ojos abiertos,
serenos, mirando.
Estoy permanentemente en babia, donde habito.
¿La razón por la que escribo?
“… yo no estoy loco, y ciertamente no sueño. Pero mañana muero, y hoy querría aliviar mi alma.”
Edgar Allan Poe
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