A ese amor de verano,
que no llegó al invierno,
que solo existió en mi cabeza
y me hizo volar tan lejos.
A ese amor imaginado,
intenso y tierno,
dulce y salado,
que para mi fue eterno.
Te escribo y te anhelo,
los besos robados,
la caricia de viento.
Devuélveme el aliento
que dejo en mi pecho
prendidos los abrazos,
… el silencio,
en un beso.
Estoy permanentemente en babia, donde habito.
¿La razón por la que escribo?
“… yo no estoy loco, y ciertamente no sueño. Pero mañana muero, y hoy querría aliviar mi alma.”
Edgar Allan Poe
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