En un instante, apenas perceptible, decidiste compartir tu tesoro encerrado por siempre en el fondo de tu alma.
Apenas un gesto airado, un atrevimiento envalentonado del que intuyes te vas a arrepentir en el siguiente instante, en el que echas a perder todo el esfuerzo de sigilo enterrado durante tanto tiempo.
Tocado de soberbia, apenas insinúas un “seguro que gustará”. Los sentimientos guardados con celo deben ser compartidos, aunque convencido de lo contrario.
A nadie interesa si estás o te has ido. Como pueden interesar secretos íntimos que no han sido vividos. Historia personal, secuencia de suspiros, álbum de imágenes solo para tu recuerdo donde van perdiendo color y brillo.
Solo un destello pasajero del que huyes con un esbozo de sonrisa convertida en una mueca perdida en tu cara, mientras la cabeza se te va a años luz atrás en tu vida.
Apenas una vida, un día cualquiera de atención y de cariño. … y la partida.