Hay cosas que quiero olvidar, y otras que no, pero las olvido.
Nunca se si es un buen recurso o un castigo.
Y siempre que me quiero acordar, me olvido.
Me olvidé de como, sin querer, llegué hasta aquí, renunciando cada vez a lo que fui, decidiendo ser humilde y dejar pasar, y pasar… Y así pasó que me olvidé.
Y ya no sé de qué vivir, ni para que. Si merece el esfuerzo que me cuesta estar aquí. Si hasta perdí la ilusión, y el futuro es igual cada vez. Los días y las horas de los días se repiten, desde el amanecer hasta la noche, cada vez.
Y me olvidé de planear lo que fuera a venir. Y siento cada vez que me perdí. Y me pierdo cada vez que olvidé.
Y así, sin salir de esta escalera, donde no se si bajé o subí. Si ahora subí o bajé.
Solo la Luna, y el sol al amanecer hacen que olvide lo que dejé de sentir, y por un instante sienta lo bello que es vivir esta vida vieja.