Queridos:
Agradeceros a todos el ánimo incansable, el humor imprescindible y el respeto, eso que antes llamábamos simplemente educación. Además en este grupo tiene sentido lo de inmunidad de rebaño: con vosotros no cabe el desánimo.
A las chicas primero, porque son mayoría (se nota cuál es el sexo fuerte) y por que todas y cada una sois de oro y diamantes.
A la inmensa minoría, y a cada uno, por ser como sois. La elegancia y discreción de Paco, la bendita humildad de Francisco, y la chispa constante de Felipe (ojalá consigas dejar ya l’asiática y te eches al monte) No pares. Sabemos que sufres cuando callas.
Y también agradecer a los chicos del Patronato, a Bea, Isa, Francin, Miguel y Sergio (alguno se me olvidará) en esta último año, en grado inmenso, por añadir a sus capacidades profesionales la atención y el cariño, y alcanzar así la excelencia.
Gracias.
Gracias a todos por ayudarme a superar mis achaques físicos, y a superar los malos momentos de salud mental. La depresión o la ansiedad, son como la artrosis o el anquilosamiento, y todo se carga a la espalda. Y al alma.
Pediros disculpas si algún momento parecía distante. No soy la persona más sociable, pero no era arrogancia, es vergüenza, os lo aseguro.
Ahora, por necesidad y por el deseo infinito de cumplir una promesa, os dejó por un tiempo.
Inició un largo camino que espero me permita volver de nuevo en septiembre.
Guardo buenos recuerdos de otros turnos, pero os aseguro que sois el mejor. Mérito vuestro.
Os deseo a todos mucha salud y risas. Y que toda la felicidad que dais generosamente os venga de vuelta.
Cuidaros. Cuidaros mucho.
De todo corazón, con afecto.
Luis Movilla
P.D. Por favor decidle a Diego que me fui con mis indios a la misión.
Si queréis saber de mi, teclea en internet @21siglosofia, o también http://www.elmundoenlosojos.com donde escribo.