El virus real, de corona y cetro (supongo) en la actualidad se ha colado entre la población carcelaria.
Me extraña porque estos deben estar necesariamente confinados hasta cumplir la condena. Además parece imposible que visiten los establecimientos de hostelería, espectáculos en vivo, ni mantengan reuniones fuera de su “burbuja vital”
No se… quizás toda la información que recibimos es confusa.
Quiero decir que no se aprecia con claridad los límites de la pandemia, que más bien parece ilimitada.
De otro lado, la vacuna, como método preventivo de Salud, llega escasamente y tarde cuando la pandemia está campando con total libertad a pleno crecimiento. Muy preventivo no será ya.
Sin embargo se están anunciando nuevos medicamentos para “curar” los efectos del contagio que a este paso nos alcanzará sin remedio, o no, porque anuncia desde Venezuela las “góticas milagrosas” de Cartativir con eficacia 100%, del doctor Jose Gregorio Hernández fallecido recientemente en junio de 1919 pasado, y que sigue operando y recetando a través de médium y devotos.
Como en el chiste famoso del caído en el acantilado y rescatado por el ángel: ¿hay alguien más ahí? ¡Sanitariooo!
Perdone que les ecriba.