Carta al corazón de mi amigo cubano.
Estimado amigo:
Quiero que estén capeando con salud la dichosa pandemia. Reparta mis saludos a toda la familia y amigos.
Espero que, pasando de puntillas sobre la política, el nuevo rumbo del “primer país del mundo” ayude a mejorar la vida en casa.
Nadie es capaz de derrumbar una montaña de escombros hecha durante más de 50 años de cruel guerra fría y desencuentros.
Es imposible materialmente deshacer infinitas micro_historias de dolor y sufrimientos en las dos orillas de la costa, agrandadas por el altavoz de la conveniencia política a ambos lados.
¿Como reparar los daños de escalar esa montaña, produciendo el abandono y desarraigo de tus orígenes?
Pero, por difícil que parezca, creo que es más que posible construir un túnel que atraviese de momento esos 50 años, que permita escucharse a ambos lados, convencido de que hay más causas en común que distancia, y que procuraría ventajas personales, familiares e intelectuales en las dos orillas.
No es aceptable más tiempo de embargo, ni más tiempo de pensamiento único empecinado, que solo han traído consecuencias devastadoras.
Y es, mas que importante, imprescindible, que la intención, el esfuerzo y la determinación estén en ambos lados.
También habrá que visualizar en este tiempo la necesidad de alguna renuncia y cesiones, en las dos partes, claro está, si se quiere conseguir el objetivo.
Necesitan crecer personal e intelectualmente hacia el siglo 21, sin con ello perder su esencia y sus costumbres.
Eso es posible con esfuerzo y constancia, siempre que visualicen las ventajas. Y esto también depende de la comunidad internacional y de su entorno, que debe visualizar las ventajas de aperturar e incorporar esa cultura hacia el siglo 21.
He conocido, como sabes, a personas bellísimas, a familias entrañables, a juventud radiante y a madurez experta en Cuba. Todos con la ansiedad y la incertidumbre del futuro. Convencerles de que es posible mejorar serenamente, aceptando su pasado y construyendo su futuro_embajador del porvenir que quieran para ellos, es un proyecto enorme. Pero empujar a ese país hacia adelante, bien merece el esfuerzo.
Espero que reciban el trato que se merecen, y prenda con fuerza el entusiasmo desde el respeto a lo vivido y con la esperanza de conquistar un nuevo paradigma.
Ojalá así fuera. Cuenten conmigo.
Siempre suyo.
Un extremeño.