Estoy

Estoy dispuesto. 
Creo que ha llegado el momento. 
Y, a partir de ahora, 
a pensar en la siguiente aventura. 

No será sonada, 
ni la contaré cada día en la ventana. 
Discretamente, haré mutis.  
Y hasta siempre, afortunada. 

Sí será repentino. 
Las despedidas, si breves,  
mejor las olvidas.  
Un abrazo fuerte, si quieres.  

Y, mientras, 
el pulso acelerado.  
La ilusión intacta.  
Empiezo otra vida de gato.

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