Si estás ahí,
sigo buscando
en las páginas interminables
de mis libros,
donde están tus besos
y mis lágrimas.
Nadie volvió
de allí donde estás,
en el fondo más profundo
del sueño.
Y mi corazón se parte
y esconde su herida.
Todos ven la sonrisa.
Y para mi solo el dolor,
que es azul.
Este puñal
clavado en el costado,
me hace imposible
disimular más.
Caminar como antes
es imposible para mi,
a pasos lentos
y dolorosos.
No tengo excusas.
Y he perdido.
Se acerca el final
y las Estrellas se esconden
detrás de las nubes
de este otoño.
Y las primeras lágrimas de lluvia
caen encima de mis hombros.
¡Sácame de aquí!