Después de la charla
y la cena tranquila,
la conversación intensa,
va y me desvela
que quiere sola dormir.
La luna.
A solo dos bichitos
por barba, la mía más blanca,
la suya más tierna,
va y me desvela
que sola quiere dormir.
Las dos.
A las tres y veintitrés,
con las copas vacías
y la brisa de madrugada,
va y me desvela
que solo quiere
Ser feliz.
A las cuatro y tres,
con almohadas gemelas,
la música de Robe
nos mece la cuna.
Y ya sola se duerme
de risa.
A las cinco y diez,
sueña sola, el silencio
se adueña de una vez.
Va y me desvela,
con solo mirarla, ...
Si, lo sé.
A las seis y cuarenta,
amaneciendo.
No ha sido un sueño.
Va y me desvela.
La tengo tan cerca que la besé.
Y se fué.
Estoy permanentemente en babia, donde habito.
¿La razón por la que escribo?
“… yo no estoy loco, y ciertamente no sueño. Pero mañana muero, y hoy querría aliviar mi alma.”
Edgar Allan Poe
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