Maldita
la duda.
La mía.
La tuya.
Maldita
la pena,
que guía
la furia.
Maldita
memoria,
que sigue
cautiva.
Maldita
la arena,
que cae
cada día.
Maldita
la sangre.
Inútil.
Pérdida.
Bendito
el perdón
de tan grande
Corazón.
Bendito
tu amor
y el mío
de los dos.
Estoy permanentemente en babia, donde habito.
¿La razón por la que escribo?
“… yo no estoy loco, y ciertamente no sueño. Pero mañana muero, y hoy querría aliviar mi alma.”
Edgar Allan Poe
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