Se paso noviembre. Ayer. Y no ocurrió nada. Solo, día a día, el mes más bonito del año, haciéndome daño sin compañía.
Me abandonó mi alma. Encerrado en mi cabeza, viviendo una historia muerta. Transitando en un presente pasado. Condenado a no tenerte nunca a mi lado, sin entender que pasó.
Final feliz para una desgracia, no supo a poco la mágia, no duele tanto la ausencia, sino la interminable esencia de tu olor en mi almohada.
Callado, recorro el camino que se hace largo. Pasar página me cuesta tanto, si en la siguiente escribo: tu cara y tus labios no vuelven, no olvido tus manos.
Un débil lamento. Me esfuerzo en llorar para adentro. Un ruego imposible. Un error sin tiempo. Un sueño, un infierno lento. Encendido, un último abrazo. Te quiero.