Sin embargo no todo es felicidad.Les da miedo pensar en un futuro incierto lleno de trampas y dificultades de toda naturaleza. Cosechar sin querer el rechazo de los más cercanos y queridos, que pudieran no aceptar este compromiso. Y entonces ¿donde vivir?, ¿como hacer para no causar daño? Las hormigas piensan, con razón, que el tipo sería capaz de comérselas a todas de una sentada y no tener ni remordimientos. Desconfían de su aspecto bondadoso y su gesto amable. – A ver: un Lagartijo es un Lagartijo – Susurran entre ellas para no disgustar a su hermana.
Por su parte los lagartos se destornillan de risa en la cara del pobre Lagartijo. – ¿Donde vas maharon, con la negra?. A la vejez viruela. Si te cabe en un bolsillo. Cómetela de un vez – Le gritan a la puerta de su agujero, donde toman el sol