Este año he dejado abierto en la mesa, “El dueño de la herida” de Antonio Gala, un pasaje, que sacado de contexto, siempre nos gustó:
-¿Brindamos?
-Si, brindemos.-¿Por qué?
-Por una larga vida llena de felicidad, de ilusión y de suerte.
-Y de alegría – dijo el recién llegado.
Bebieron, cada uno en su vaso, mirándose a los ojos .
Así nos queremos, y así abrimos la casa a quien nos visita.
Feliz día de San Antonio.