Simple man

Hola:
Quisiera ser un hombre sencillo.

Alejado del pasado
sofisticado.
No puedo olvidar
todo lo que pasó.
Y sin embargo,
cada día,
me encargo de recordar.

Quisiera ser un hombre sencillo.
Y nada más.

Renunciar a todo
y volver a empezar
por lo básico,
tratando de aprender
que lo mejor por hacer,
sin duda,
es amar.

Quisiera ser un hombre sencillo.
Y nada más.

Oler los colores de las flores,
caminar descalzo,
parar a mirar,
dejar de correr
a toda velocidad.
Dibujar en una pared
un sol pequeñito.

Quisiera ser un hombre sencillo.
Y nada más.

Andar de la mano
de mis niños en el campo,
escuchar sus risas
y mi llanto.
Sentir la lluvia en mi cabeza,
en mis manos.
Volver a casa sin prisa.

Quisiera ser un hombre sencillo.
Y nada más.

Morir despacio,
tarde,
en un sitio lejano
a la orilla del mar.
Dejarme difuminar,
volverme transparente,
volver a cantar.

Quisiera ser un hombre sencillo.
Y nada más.

Las lunas de Urano

Miranda, Ariel, Puck, Umbriel, Titania, Oberón.
¡Que lejos estan, que casi no se ven!
Y que distante, Urano, ensimismado en la contemplación de una familia tan numerosa de lunas, orbitando alrededor.
¿serán blancas y brillantes las lunas de Urano?

Las más pequeñas, Bianca, Crésida, Desdémona, Julieta, Porcia, Rosalinda, Belinda y Perdita. Cordelia y Ofelia son invisibles porque se pierden en el abrumador brillo del anillo Epsilon, mientras que Mab y Cupido son demasiado pequeños para ser vistos sin acercarse, como hizo la sonda espacial Voyager2.

Y así hasta 29 satélites tiene Urano, que ahora cumple 244 años y cuatro meses (casi cinco ya) desde que lo avistó Herschel, su descubridor humano.
A 2.600 millones de kilómetros terrestres, este gordito feliz es el Dios del cielo, según la mitología griega. Que lo imaginaron, supongo, porque solo es visible con telescopio.

No se puede visitar aún. Es tremendamente frío e irrespirable. Esperemos que la ambición humana no le ponga el ojo encima, porque hidrógeno tiene para aburrir. Y helio, ese gas que inhalado aumenta la altura de las frecuencias en las cuerdas vocales, y te transforma la voz en la de un muñeco de dibujos animados.

Miranda, Ariel, Puck, Umbriel, Titania y Oberón. Las mayores.
Bianca, Crésida, Desdémona, Julieta, Porcia, Rosalinda, Belinda y Perdita. Y Cordelia y Ofelia las más pequeñas…

No me digan, por favor, que alguien que no estuviera enamorado podría nombrar con tanta belleza a las lunas de Uranio.

Mi refugio

Julio es el más triste, a pesar de todo. Como si fuese, imaginado, mi once de gris y llanto.

Me siento ingrato con la felicidad vivida, mi pasado, mi amor inolvidable.

By    ignacioizquierdo.com

Y, al tiempo, injusto con el inmenso amor presente.

No existe una noche estrellada, igual a este firmamento de verano.

En ella tengo elegida mi estrella, reflejada junto a la luna en el mar Mediterráneo.

También en ella tengo a mi Reina, la estrella que me cuida y me cura, me protege y regala mi felicidad futura.

En mi cabeza encerrado en una cueva oscura, un refugio perfecto en la ciudad invisible, en Oblivion, donde todo se esconde a la vista del impostor.

Este Julio ya no existe, nadie más triste por lo perdido, ni más afortunado por el futuro que auguran.

Ni nada más seguro que la luz de tu sonrisa, Reina de mis sueños, mi refugio.

By  21siglosofia

CÁDIZ

Embrujo de calles estrechas, al fresco de la brisa en sombra. Al abrigo del viento de levante.

Decadencia que avanza a pesar de la lucha de los gaditanos, que apenas creen en ellos mismos, cansados del peso del paso del tiempo.

Y dejan de mirar la hermosura de sus trazos, entramados en la historia, buscando una salida viable para hoy y su futuro.

Los turistas, visitantes circunstanciales, admirados,  recorren estos pavimentos adoquinados. Pero no pueden ser el único recurso para garantizar el futuro.

El «arte», sin morir de frío sino de pasión, la artesanía, la gastronomía y los servicios que ayuden a sostener está bellísima ciudad, serían el músculo que permitan salvar a Cádiz de si misma y de su destino decadente.

Y su gente, «carajotes», divertidos, inteligentes, apasionados, ingeniosos y orgullosos, ¡que arte! serán la sangre que repartirá la VIDA en cada plazuela, en todas las esquinas de este precioso laberinto, sin dejar caer ni una sola pared de ninguna casa, ni una sola hoja del calendario, ni una ocasión para reír con guasa.

Que un disfraz gigantesco te libere la poesía y la guitarra.

P D. No te olvides de La Habana.

Perdone que les escriba.

Puente primavera

Querámonos. 
Para que no se nos caiga el puente romano.
Ni se nos cierre la Puerta de Palma.
Que no se nos acaben las ganas
de darnos un abrazo eterno
de hermanos.

Que el cielo inmenso se abra a la luna.
Que el azul intenso se llene de nubes.
Y el olor a primavera nos llegue verde y rojo.
La esperanza nos colme de dulzura.

Que la mañana empiece con niebla espesa,
Y a las 11, caliente, de abril, el sol.
Se refleje a lo lejos el brillo en tus dientes.

Por el hueco de la escalera,
anunciemos la llegada feliz,
gritando hacia arriba ¡Abrid!

Sonrisa del alma en esta canción.
Sonrisa del alma en este balcón.
Foto de Vicente Rodríguez

Saurópsidos

Amores apasionados. 
Sentidos aprisionados.
Vértigo de aventura
a media altura.
Calurosos estremecimientos.
Sentimientos profundos.
Miedo a perderse.
Desorientado en mitad del trayecto.
La vida marcada,
construyendo sin proyecto. 
Puente armado con un sólo estribo
... sin final.
Serpientes que abrazan
constrictoras.
Baile de cabeza triangular.
Esperando a cobrar su presa.
Veneno invisible,
que paraliza.
Y le llaman AMOR.

LABERINTO

No encuentro la salida 
a este laberinto de hoy
recién abierto.

No sé, si a donde voy,
es ese lugar perfecto.

Lo que generoso doy,
es seguro que no es tu deseo.

Y, cansado, me vuelvo sólo
al mismo sitio del que vengo.

Mirando fijo a un punto negro
seré capaz de atravesar el cerco,
saltar la tapia que me rodea,
y ver de nuevo el cielo abierto.

Mirando fijo a un punto espero,
ver de nuevo el cielo abierto.

No entiendo porque construimos laberintos tan difíciles de resolver.
Donde antes había horizonte,
ahora solo se ve la pared.

... Y detrás, otra pared.

Mirando fijo a un punto muerto.
Laberinto

SIMPLE

En un mundo nuevo, simple.

Donde lo sencillo es lo corriente.
Pero, lo mayúsculo y simplemente sencillo. Ha eso me refiero.

Es el anhelo de estos últimos tiempos.

Después de transitar en lo sofisticado, lo único y exclusivo, prácticamente inalcanzable, deseo encontrar esa perfección de lo más primario, que esté al alcance de todos, y que sea inagotable.

Como el agua que por tangos cantaba El Camarón.

Como el agua de manantial, atemperada, saciante.


Perfecta.
Simple.

Como el agua.
Como el agua.

TORMENTA

En mitad de la absoluta oscuridad, una tormenta solar desata el caos. 

Llamaradas de luz cegadora y ondas de choque de viento solar impactaban sobre nuestro escudo magnético, eyectando masa y presión sobre la atmósfera, ahora menos respirable, desordenando equilibrios naturales, y accionando resortes de defensa en las personas del entorno.

Todo hace evidenciar el frágil ecosistema de la tierra, que no depende en gran manera de lo que insignificantes individuos podamos hacer o destruir en este entorno.

O si.
Habrá que ponerse determinados a reparar y reconstruir lo dañado. Y al menos adaptarnos a las nuevas reglas del universo, ahora que la luz que antes otorgaba vida, se presenta con tal intensidad que fulmina todas las esperanzas.

Y atender y escuchar a los más sensibles, que siempre dan las claves necesarias de supervivencia.

Encerrados en los refugios excavados bajo tierra, aparentemente a salvo de las radiaciones, los pensamientos se suceden al contemplar a personas, la mayoría alteradas, con ansiedad, miedo, depresión, paralizadas ante la dimensión descontrolada de este fenómeno.

Buscando con premura un líder con discurso consistente e inmediato a quien seguir sin dudar, aunque el destino sea saltar por el desfiladero.

Apartados, un grupo de niños juegan desenfadados, desentendiéndose de la gravedad del momento, otorgada así por los mayores. Una rinorrea crónica espesa no les distrae de su curiosidad por las nuevas reglas impuestas al juego, ahora en la penumbra de la cueva, que les empuja hacia una sala recóndita, en la profundidad de esta caverna.

Allí se alegran de encontrar el lago de aguas cristalinas que representa el seguro de supervivencia de su grupo. Y que para ellos es el lugar perfecto donde salpicar y jugar a saltar en el charco.