Figuras que se oyen oscuras en la noche. Y amanecen grises y azafrán. Frías, historias sin final, que cada día abren a las doce. Rinden su suerte. Y regresan cada noche. Cuando los perros ladran a las sombras. Cuando las sombras invaden tu horizonte. Tu horizonte cercano que se acerca a toda velocidad mientras se enciende el día. Y así, día tras día. Sueño.
Estoy permanentemente en babia, donde habito.
¿La razón por la que escribo?
“… yo no estoy loco, y ciertamente no sueño. Pero mañana muero, y hoy querría aliviar mi alma.”
Edgar Allan Poe
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