De todas las maneras de despedirse para siempre, yo elegiría la paciencia de marchar leyendo sin parar las palabras de un buen libro, mientras sueño con viajar donde me cuentan que se va de viaje, sintiendo el tacto suave del viento en la cara, oliendo a olivo y tierra mojada por las cuatro gotas de lluvia tibia de una tarde extraña y gris de enero, mientras esperamos pacientes que pasen lentos los días hasta tu cumpleaños, amor de mi vida entera.
Hojeando a diario las páginas impresas del periodico Hoy.
Sin prisas, sin tensiones. Sin miedos.
Sin esperas, sin dolor ni penas.
Despacio, serena.
Dormido entre las paginas de un libro. Soñando.