Amo la oscuridad.
Porque revela nítidamente lo que siento.
Porque su color oscuro, su fondo inmenso, acoge sin dudas todo lo que ocurre en mis sueños.
Porque alcanza lo lejano como si estuviera cerca, al alcance de mi mano.
Porque dice la verdad que la luz esconde.
Porque el ritmo amortiguado de un corazón cansado, se vuelve exuberante en mitad de ese desierto.
La belleza perfumada, en una caricia al alcance de mis dedos.
La pasión dulce y suave, en la boca esperando un beso.
Y sólo por eso amo la oscuridad, como un deseo que pides al genio, el de la lámpara.
El otro, despertar contigo.
Y el último, no dejar nunca de soñar.