Ojalá pudiera hablar contigo.
Y contarte de frente, con los ojos abiertos de par en par, lo que ahora me deja sin sueño.
Esas ideas locas, sin dueño, que me sobreexcitan sin descanso.
Ojalá tuviera la suerte de tenerte conmigo.
Y de mirarte de frente, mientras te digo lo que escribo. Lo que espero, lo que siento y prometo estar agradecido.
Ojalá nos regaláramos ese ratito tranquilo.
¿Tú sabes como pienso, como sueño, cómo sería reírnos?
Un paseo despacito y desconocido.
Después, silencio.