Nunca entiendo muy bien eso de “nueva normalidad”
No sé si está bien expresado, o se trata solo de una ocurrencia de la política para expresar algo, lo suficientemente ambiguo, como para ser interpretable en varios sentidos incluso opuestos, y que por tanto sea una llave maestra que entre en todas las cerraduras y las abra.
Suponiendo un poco, en función de las circunstancias, creo que la expresión puede referirse a cómo deberían ser los nuevos comportamientos correctos comunes ante la situación de contagios masivos por la pandemia.
Y para eso es imprescindible que la inmensa mayoría, que hace que un comportamiento sea normal, es decir el que más se repite, deba ser informada, educada, y convencida de que ese comportamiento es el más seguro.
Para conseguir ese objetivo debe comunicarse la información de forma clara, concisa y cierta, que sirva de pautas para esos comportamientos.
En la actual “normalidad” esta información es poco o nada clara, abundante, contradictoria y tremendamente volátil, en resumen “increíble” y hace imposible que se convenza a nadie de cuál es el comportamiento correcto y saludable.
Sirvan como ejemplos que ya se ha incorporado el hábito saludable de lavar las manos de forma frecuente, y qué ocurre todo lo contrario sobre el uso o no de mascarillas, guantes, geles alcohólicos y hábitos sociales.
Esto y la ansiedad acumulada en casi tres meses de encierro, que ha supuesto además romper con todas las rutinas y hábitos anteriores, implica que, en cuanto se abre la posibilidad de retomarlos, eso que llaman desescalada, se convierta en una verdadera avalancha especialmente densa al haber compactado los horarios y los itinerarios. Para entendernos todos, a las 20:00 y en los paseos, somos demasiados.
Dejen por favor de intoxicar con opiniones interesadas. Dejen por favor de amenazar Y sancionar como método. Dejen a un lado la política para este asunto.
Y luego para gustos los colores. Para esta campaña se ha elegido el amarillo, cuyo significado principal es el optimismo; pero también el engaño, la advertencia y la mala suerte.
Necesitamos información veraz y concisa. La inmensa mayoría de la gente ya ha dado muestras sobradas de orden e integridad.
Ayuden a crear hábitos saludables.
Es por la salud pública, es decir por el futuro de todos.
Y no olviden la felicidad. Todo se puede hacer igual con una sonrisa. ¡Sean felices!
Y perdonen que les escriba.